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Alkimia

Revista Cultural Alkimia / Número 1 / El Salvador, Centro América / 2001

Carta de Jorge Luis Borges
para Álvaro Menen Desleal

Por Jorge Luis Borges

Mi querido amigo:

Al conocer sus Cuentos breves y maravillosos,pienso que no fue meramente accidental que Kafka escribiera La Muralla china: se repite en usted la nota de lo que con Bioy Casares llamamos las antiguas y generosas fuentes orientales. Se repite y se prueba mi idea de que el número de fábulas o de metáforas de que es capaz la imaginación de los hombres es limitado, pero que esas contadas invenciones pueden ser para todos, como el Apóstol.

Limitado o no, lo cierto es que usted prueba a su vez que ese número no está en manera alguna agotado. Debo agradecerle ese descubrimiento: si repara en La perpetua carrera de Aquiles y la Tortuga verá que, en efecto, yo no solicito otra virtud que la de su acopio de informes; pero la joya la dejo allí, impenetrable, delicada, límpida, como la concibiera un día en Elea el discípulo de Parménides, negador de que pudiera suceder algo en el universo. Mas usted le da nuevo engaste y logra con intensidad lo que otros, en más de veintitrés siglos, no lograron con extensión. Por eso yo no acepto el homenaje que me rinde al declararse mi seguidor. Si de algo es usted seguidor es de sus propios sueños. La mejor prueba de este aserto está en El mapa ecuménico.

Su cuento Misión cumplida es el cabal logro de algo que perseguimos todos: el equilibrio de lo esencial en lo narrativo juntamente con el episodio ilustrativo, el análisis psicológico, el adorno verbal. El terrible tema de las motivaciones, del libre albedrío, se encuentra encerrado en esas dos páginas: Alguien, quizá de grandes barbas rizadas me dicta ahora desde Casiopea A estas líneas para usted; es El Mismo que impidió vernos cuando usted pasó por Buenos Aires.

Creo que no debe preocuparle su predilección por los temas orientales. Es razonable lo que usted piensa de que de ninguna manera ese surrealismo sui géneris que lleva el pathos oriental, puede significar una literatura "de evasión". No fue por evasión que la fábula china floreció especialmente en los siglos III y IV antes de nuestra era y en los siglos XVI y XVII. Bien lo supieron las dinastías Chou y Ming. Por lo demás, no se limita usted a presentar simples traducciones sino que recrea y hasta llega a la total invención como ocurre con La edad de un chino, cuya poesía y cuya forma chinas no las destruye ni el saber que nombres de personajes, trama y fuentes no son sino invención suya. ¿O estarán en alguna biblioteca de Casiopea A esas "Crónicas del Reino del Dragón Eterno" del siglo XIII.. .?

Pienso que, además de los mencionados, cuentos como El cocodrilo, El viaje inútil, La hora de nacer, Los cerdos, El suicida y El último sueño son tan redondos y tan bien logrados, que han de quedar dentro de la mejor literatura que se escriba en América en este siglo. Lo mismo puedo decir de las pequeñas joyas que son El sueño soñado, El cuento soñado, La sequía y El cazador. Esos y otros cuentos suyos son flor para los años.

Su amigo,

JORGE LUIS BORGES.

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